Yo también puedo

Mientras paseaba por el internet, aburrida aunque había salido recién de clases,recordé el día en que una de mis mejores amigas me explicó lo que era un blog y me pregunté a mi misma ¿por qué no?. Así que me dispuse a averiguar cómo tener uno.

No fue algo muy simple, recordando que mi uso del "futuro idoma universal" deja bastante que desear, más no me di por vencida (algunos le llaman a eso ser tremendamente cargante, otros como mi papá le dicen ser constante). Como pueden deducir sin dificultad, logré completar con éxito el famoso formulario, no obstante, casi al terminar me encontré con un pequeño obstáculo: el nombre del blog. ¡¡¡¡¡¡Diantres!!!!! me dije y me dispuse a pensar..... y pensé..... y pensé...... y pensé......

........hasta que recordé un obra de Radrigán, mi favorita, que vi hace casi dos años en compañia de mi ex (un ser ... de quién guardo algunos muy buenos recuerdos, entre los que se cuentan aquel memorable choque con la autoridad que marcó el fin de nuestra relación). La vi dos veces y si no se hubiese terminado la temporada la habría seguido viendo. Es que aquella actuación de Nelson Olate cuando canta el bolero te deja sin aire.
En fin, aquella obra marcó mi vida; creo que, en materia de teatro, existe un antes y un después de Fantasmas Borrachos.

Por supuesto que no es sólo por los recuerdos que quiero ocupar el nombre de la obra para este blog, sino que es porque la marginalidad (eeeeeeeeee quedé medio rayada con Triviños), la injusticia social, el desamor y la muerte son temas que me matan, además de ser una constante en mi vida. No estoy siendo fatalista, sino objetiva; y tampoco es que esos temas me afecten todos a mi, es que son simplemente los que más me hacen "doler la cabeza".

Esto será para hablar de mi, de mis reflexiones ante los sucesos cotidianos, aquellos que hacen que, al valorarlos y vivirlos a concho, encontremos la felicidad. (no es mi intención ser cursi, diganme cómo se llama eso por lo que nos fijamos metas y tratamos de cumplirlas..... yo le llamo asi, sin aditivos ni máscaras: felicidad).-