martes, enero 31, 2006

Las cosas tal como son


Hace unos días cuando estaba posteando en La revolución de las costillas, renació en mi una rabia de esas que te dan sólo muy pocas veces y que va mezclada de un muy amargo sabor a impotencia. Obviamente no fue en contra de lo escrito por la dueña del blog, sino porque su contenido me hizo recordar el primer semestre del 2005.

La verdad es que no suelo enrabietarme tanto, mis dedos se llenaron de palabras y mi cabeza de palabrotas...de esas solo dignas de ser gritadas a los pacos cuando andan disfrazados de fuerzas espaciales...perdón especiales que, claro está, no reproduciré para evitar colapsos nerviosos y demases demostraciones de escándalo lingüístico (nunca faltan los tradicionales ojos que pretenden llevar el uso del lenguaje a las cinturas de la corrección y no de la adecuación, como debiera ser, caramba).

El asunto es que me molesta mucho todo lo que está ocurriendo con los créditos de los jóvenes que pretenden seguir estudios superiores y no precisamente porque esto me haya sorprendido, sino porque es algo que si se le hubiese tomado el peso a tiempo no tendría porque haber ocurrido.

No se puede llorar sobre la leche derramada, dicen por ahí; sin embargo, quiero reiterar lo que dije al comentar en el blog antes citado: el gobierno se hizo el weón, citando un chiste del coco, porque antes de hacer una cosa que realmente valiera la pena prefirió aprobar una rimbombante ley de educación superior que contó con todo el apoyo del parlamento, pero que los principales implicados no aprobaban. No hay que olvidar que el año pasado desde rectores (del consejo) hasta los padres (que son a fin de cuentas los que ponen la plata en la mayoría de los casos) se manifestaron en contra.

Fue todo un fenómeno el que ocurrió, en Conce al menos: los profes, los alumnos, los decanos, los leguleyos se juntaron y estudiaron el mentado proyecto, se armó toda una campaña informativa que fue contó con un amplio contingente de estudiantes que se subieron hasta en las micros para dar a conocer las fallas del proyecto... y no está demás decir que las manifestaciones fueron desde culturales, hasta las menos ortodoxas. Yo misma hice turnos en un par de tomas por ahí. Pero ahora, más de seis meses después me doy cuenta que todo el esfuerzo fue prácticamente en vano. El Señor ministro de educación del momento (que no voy mencionar) con todo el tiempo que la prensa le daba al aire, se encargó de bajarle el perfil a todas las acciones, modificó ante la ciudadanía la imagen y las verdaderas intenciones de quienes estaban luchando por lo que creían correcto y no por egoísmo como dijo el señor ministro. Muchos ni siquiera necesitábamos un nuevo crédito, muchos sin problemas de plata, a casi ninguno nos afectaba que hubiese un sistema nuevo: es eso egoísmo? o es pensar en el futuro? o es darse cuenta cómo todo se va volviendo empresa, negocio, mercado? o es ver que el estado se está desligando de la responsabilidad de la educación? porque claro está que no basta con fiscalizar, al menos no en Chile.

Pero eso ya es cosa del pasado, desde ese momento no creo en la prensa y en su poder de desinformar a la gente, de embolinarle la perdiz, de ser un mero juguete del poder político y económico (hay diferencia entre ellos en nuestro país?).

Otra cosa que me dio rabia al recordar ese momento de la historia, que jamás será contada como debiera ser, es la represión ejercida por parte de los carabineros.... y pensar que cuando yo era chica pensaba que eran unos súper héroes, únicos seres capaces de conducta a imitar y altura moral...patrañas!!!. Daba impotencia ver como una manifestación pacífica pasaba a ser un enfrentamiento con la fuerza pública y no precisamente porque aparecieran encapuchados con molos o porque se estuviesen efectuando destrozos en la calle o daño a alguna persona, sino que aparecía el famoso guanaco y se ponía a repartir agua a diestra y sinietra..... y al final en la tele los muy... decían que habíamos sido nosotros, el colmo!!!.

Quienes somos estudiantes de la única, grande y nuestra Universidad de Concepción vimos con dolor como nuestro campus se llenaba de carabineros hasta sociales, rompiéndose la tradición de que sólo podían llegar al foro. Un compañero de carrera fue procesado por maltrato de obra porque defendió de la paliza que le propinaba un paco a una de sus amigas. A decir verdad los carabineros son nobles mientras nos cuidan de los malos, pero cuando nos usan de chivos expiatorios de sus rabietas....son unos cerdos. No incluyo, claro está, aquellos que de verdad son súper héroes: los que cuidan el tránsito, los que ayudan a los niños perdidos y los que ayudan a cruzar la calle a las abuelitas.

Ahora que acabo de escribir esto me doy cuenta que estaba atorada con esas ideas y que tengo mucha pica acumulada con el gobierno y sus políticas truchas, con los pacos, pero con el que más picada estoy es con el ministro, que muy zorramente (en el sentido de astuto) dejó el ministerio, dejando que una pobre señora diera la cara por la gestión que a fin de cuentas hizo él, el muy cretino.

Gracias a todos los orishas a los que invoqué para que la nueva presidenta no le diera ningún ministerio.-



Comunico a quién lee y no postea que este comentario ha sido embrujado y si no deja su opinión sufrirá un dolor de cabeza de 10 diás seguidos y con mareo incluido.

domingo, enero 22, 2006

Fin de semana del infierno

Supongo que a todos nos ha pasado alguna vez: las cosas están de lo más normal que podríamos esperar y de repente algo sucede que nos inestabiliza...me refiero a algo malo o molesto, lo peor de todo es que la cosa no se queda ahí, sino que una seguidilla de hechos de la misma indole se desata y somos víctimas de una sucesión de hechos desagradables.

Algo así me ha ocurrido a mi estos últimos días. Todo comenzó el viernes cuando un amorcillo no correspondido se encargó personalmente de abrir esas heridas que yo, a estas alturas de mi vida, ya creí cerradas. (maldito engendro del demonio, pero qué se ha creido!!!!!!!). Como era de esperarse, y aunque traté de enfrascarme en la lectura de uno de mis libros favoritos, cuando eran las 8 de la tarde y me miré en el espejo ya tenía los ojos como huevos. (Lo que más detesto de llorar es la capacidad increible que tienen mis ojos de hincharse, lo peor es que son casi imposibles de disimular).


A este doloroso incidente le siguió una noche llena de sueños feos que fue interrumpida por mis queridos progenitores quienes partieron muy temprano a pasar el fin de semana en el campo. Me esperaban dos días muy tranquilos, hasta podría haber organizado algún carrete... lo que no estaría fuera de lugar porque el martes había sido mi cumpleaños, pero comprenderán que ánimos de jolgorio no había.


El segundo incidente ocurrió el sábado por la tarde cuando me preparaba para mi paseo en bicicleta: mi reproductor mp3 no funcionó, justo cuando tenía ganas de descender al ritmo de James Brown... qué mejor mezcla para subir el ánimo: buena música y adrenalina por el cielo. Luego de maldecir desde Vucub caquix hasta Eros y pasando por Ra, fui a buscar a mis compañeras de ruta y nos fuimos hacia el bosque, ruta que habiamos decidido seguir hasta que se nos hiciera fácil.


Por supuesto mientras ascendía tuve tiempo para recordar cada uno de los cigarros que me fumé durante el año y lamentar no haber tomado la decisión de dejarlo antes (sólo hace tres semanas dejé de hacerlo), sin embargo llegar al final fue muy gratificante. Pero claro, Alá no había escrito en su libro que recordara esta salida por mis logros. Cuando ya habiamos comenzado el descenso la rueda trasera de mi bicicleta se pinchó y yo obviamente a esas altura lo único que quería era tirarme de cabeza por el corte del cerro. Tuve que cambiar mi bicicleta con una amiga que es más liviana para que no se dañara el interior de la rueda al bajar. Como verán el descenso no tuvo nada de adrenalínico y lo peor vino después cuando al llegar al pie del cerro tuve que hacer el resto del camino a pie: los seis minutos que nos demoramos en cruzar el bosque se transformaron en treinta.


Pero no podía quedar asi no más la cosa, cuando llegamos a la civilización mis brazos habían sido ferozmente atacados por los insectos y sólo se salvaron mis manos porque iban protegidas por los guantes.


Definitivamente no puedo quejarme de que en mi vida no ocurran cosas, pero no deja de sorprenderme el que puedan pasar tantas cosas molestas al mismo tiempo y a una misma persona. Sé que con sólo encender la televisión me daré cuenta que son sólo pelos de la cola en comparación a los grandes conflictos políticos o económicos que aquejan al mundo, mas nadie me puede decir que estas pequeñas cosas no son todo un reto a nuestro sentido común, detalles que ponen a prueba el temple de nuestro carácter y que son en verdad las reveladoras de la fortaleza que seamos capaces de demostrar.


Por mi parte, sólo hay una que en este momento que quita el sueño* .... la pomada anestésica no me está haciendo efecto y ¡diablos como pican esas ronchas!!!.-




* Es una perdida de tiempo pasarlo mal por cosas que en ralidad no tienen vuelta, creo.

jueves, enero 12, 2006

Manifiesto de Manifiesto de manifiestos

Sentada frente a mi computador ¡que nadie crea que he plagiado a Huidobro! diré lo que no pasará por alto.

Hay cosas que sinceramente me superan...¿a quién se le habrá ocurrido inventar las p
oleras con las mangas a medio camino? es que no pensó que el sol dejaría sus huellas?, pero vayamos al grano lo que nos trae aqui es lo importante.

Diantres!! qué es lo importante? obvio, para mi exactamente lo que obvias tu..es
que nuestra sociedad se olvidó de lo mínimo. Lo mínimo, lo minusculo, el detalle, el gesto....hace algunos años habría dicho que llevar esa palabra a la boca era encantador. Quién compra botones para bonito o agradece haber tenido cerca aquel clip.

Ya me harté del olvido.... ¿quién dijo que un caballero no tiene memoria? JA, como si las damas la hubiesemos tenido, pero basta de mentiras: si ambos sabemos exactamente bien lo que pasó y que no siempre es como dice aquel clásico de la cultura popular chilena: "lo que pasó..." (apuesto que la canción brotó de tus labios). Sin perdón no hay olvido, pero quién olvida lo sucedido... hay que ser muy insensible o superficial y no me arrebolo al decirlo: me acuerdo y qué!!!!! no creas que por eso me tienes aún en tus manos.

Quisiera perdirle un favor a los hombres a aquellos que se suben a la micro y alzan su brazo para tomar la barra y al hacerlo dejan ver su reloj digital (de esos que les dicen la hora), por favor inviertan en su futuro y dejen de andar matando pasiones. Cómo no van a poder ver la hora en un analógico.... les da un toque intelectual y por lo tanto más atractivos.


Ultimamente me he encontrado criticando muchas cosas...


- detesto los pepinos de ensalada

- detesto la televisión abierta

- detesto las mentiras

- detesto la falta de aplomo

- detesto cuando llego a la última página del libro

- detesto bailar igual a todo el mundo

- detesto correr por llegar a la hora

- detesto no poder dormir y el dolor de cuello

- detesto a los hombres que usa calcetines blancos con zapatos

- detesto que se le desinfle la rueda a mi bicicleta

- no puedo ni ver la farándula

- quién dijo que el vino barato era para tomar?

- quién me habrá mandado a acepar trabajar en la tesis durante el verano?

- no quiero quedarme sola

- el calor me adormece

- el frio me desvela

- odio tener que hablar primero para que me dirijas la palabra
- hay que matarse los pulmones con estilo, aunque duela el bolsillo


... será que la edad de está afectando?

En menos de una semana es mi cumpleaños...papelucho tenía razón cuando decia que los días de fiesta eran detestables porque ya eran, mejores son los anteriores porque aún no son. No hay nada peor o mejor (depende desde el punto donde se mire) darte cuenta que cada año hay menos amigos en tu lista...., pero cada vez mejores. Tampoco hay que olvidar a los nuevos ... significan todo un reto nuevo en las relaciones sociales.

Sí, lo reconozco el fin de semana bailé en un lugar remoto con un amigo de mi hermana, pero cuál es el problema?... si no le hice nada.


Que si hay algo que me guste???, pero claro si también tengo algo de mortal:


- los tomates
- mi computador

- mi blog

- el yogurt

- los calcetines negros y las medias de pantalón con diseño

- las faldas

- los risueños/as

- una buena novela

- el celular (sobretodo cuando suena)

- los anteojos de sol

- la bicicleta y los guantes

- mi cama

- los espejos

- los galanes y los caballeros (no, no soy machista)


y muchas más.

Retomando el último punto, tuve una revelación cuando caminaba por una céntrica calle de Concepción: no me gustan los hombres lindos (según los canones de belleza occidental) y es que recordé a todos los que me han gustado y todos sin ser lindos tienen su atractivo, su algo interesante: exóticos. Asi que hay que agregarlo a la lista anterior.


Tengo la costumbre de que cada inicio de año pienso en una palabra importante, una palabra que me ayude a ser mejor....la tradición partió junto a mi mejor amigo, ahora ni nos hablamos, pero yo no tengo intenciones de perder ese hábito. La palabra del año pasado: honestidad, la del antepasado: lealtad, la de este año: aplomo.


Ya bastante aplomo he tenido al escribir esta ensalada de palabras.... no fue un mal comienzo ¿tendré el aplomo de publicarlas?.-