sábado, noviembre 11, 2006

Nuevos aires


Acaban de pasar las fiestas patrias y dentro de unas cuantas horas el sol pasará la linea imaginaria que marca el fin de la época de lluvias y el comienzo de la primavera...

Lo anterior lo comencé a escribir a fines de septiembre cuando tuve un pequeño respiro, pero el estrés y la máquina me llevaron lejos... aunque no tanto.

Desde mi último post la vida me ha cambiado del cielo a la tierra o tal vez sería mejor decir de la tierra al infierno, nadie imagina cómo añoro esos días de despreocupación, de clases, de tardes en los pastos de la universidad (ahora creo que ya ni recuerdo cual es la micro que me sirve para llegar a ella), de estudiar para los certámenes, de días completos en la biblioteca, de entrar a una sala, sentarme mirando a la pizarra, escuchar al profesor y tomar apuntes. Ahora entro a una sala, tengo que pasar lista y tratar de que mis alumnos tomen algún apunte o hagan el mínimo esfuerzo de copiar la actividad del compañero que sí se dió el trabajo de hacerla.

Creo que en estos momentos tengo mi vocación amoratada, sin embargo, no pierdo la fé de que esta situación cambiará cuando pueda hacer lo que se me antoje dentro de la sala de clases y no deba seguir más o menos la misma linea del profesor que me evaluará. Como verán esto ha sido un proceso difícil y para el cual no estaba ni remotamente preparada. Tal vez nunca estemos preparados para las nuevas experiencias, sobre todo si estas implican el resto de la vida.

No quisiera hablar solamente de la práctica esta vez, hay muchos cambios y más nuevos aires que cuando comencé a escribir este post.

Ya estamos en noviembre y se está volando como se ha ido todo el año !Ay Dios¡ el tiempo es implacable. La Eva se decidió al fin y adivinen cuál manzana se comió. Luego de pensar mucho, del devenir de los acontecimientos y de ese que apremiaba (el tiempo) levantó la mano y tomó la manzana que estaba a su alcance, descubriendo su sabor familiar y que probablemente era la manzana que había estado buscando.

Cuentan las malas lenguas que la Eva se comió las dos, pero yo creo que no fue así porque justo ese día tenía que ir al banco a pagar las deudas del colegio de Abel porque aunque ya no podía asistir al colegio (luego de un altercado con su hermano) debía pagar igual no más la colegiatura porque tenía un contrato firmado sin seguro de gravamen.

El que dijo que los vientos de cambio eran buenos, nunca dijo que eran fáciles o que no serían dolorosos, probablemente esa sea la idea... me preguntó si existirá la posibilidad de crecer sin que haya un quiebre o cuántos doleres de cabeza me quedan todavía para poder decir que ya estoy grande. Definitivamente creo que me compraré una caja de tapsin, por si las moscas.

Por ahora no quiero agregar nada más, espero que no pase tanto tiempo antes de volver a publicar, lo extrañaba.


PS: Creo que estoy enamorada